La Morada de las Musas, opinión:
¡A lo qué he llegado!, a enarbolar el eslogan más rancio y reiterado de la derecha española cuando con estas mismas palabras mandaba Aznar (Ansar para los amigos) al carajo a Felipe González desde el estrado del Congreso.
Yo, que admito y confieso haber votado al PSOE en todas y cada una de las ocasiones en que he ejercido este derecho democrático, hoy exijo a dicho partido que me devuelva (siquiera simbólicamente) mi voto y rompo relaciones morales e ideológicas con estos gobernantes que lejos de dar respuestas y soluciones a la ciudadanía, a la que han tiznado y contagiado con sus miserias, la hunden, exacerban y apalean más cada día.
Con el mes de julio, aparte del consabido calor que nos aguarda, nos llegan dos «moscones picones» peliagudos en forma de subida de IVA e ídem de luz.
¿Qué se creen estos desaprensivos que tenemos una máquina de fabricar dinero en casa? Si tuvieran cara (ya se les hubiera hecho añicos como un cristal) no plantearían semejante sangría contra el pueblo ya de por sí esquilmado y esquilado a ras de piel por su abusivo succioneo.
Más parné para las “gargantas profundas” que nos han secado hasta la médula, y aquí no jipía ni un gamusino.
Zapatero: vade retro. Esfúmate, exíliate en San Borondón y deja de ser el principal y monumental problema que tiene este país.
Sé un hombre aquí y ahora, y en un alarde efímero, en un ataque súbito de dignidad, deja de masacrar a tus conciudadanos.
Aquél Presidente otrora talantoso, adalid de equidades sociales, es hoy un penoso pelele sumido en la más desesperante y dañina inutilidad.
Tras tu deceso político no sé quién vendrá a tomarte el relevo, pánico me da sólo imaginarlo, pero tú eres ya agua estancada y maloliente que impide la salubridad y sanación de este país.
Como tanto te pavoneas, tú y tu séquito de ineptos, de que todas las medidas que tomáis lo hacéis por el bien de España, autoaplícate a rajatabla esta filosofía y no conviertas al país que un día puso en tus manos el destino de muchos millones de almas y te hizo pasearte por el mundo con un aura cuasi heroica y virtuosa, en un solar y secarral.
Aún estás a tiempo de librarte de que la historia moderna te trate y tache del “Atila” que dejó yermo el suelo patrio.
Como ya eres incapaz de florecer de ti mismo, deja que otros más osados, concienciados y capacitados tomen el mando para una nueva primavera del pensamiento, de la ética, los valores y principios que cale hondo en la conciencia de cada hispánico ciudadano.